"NO HAY BARRERA, CERRADURA NI CERROJO QUE PUEDAS IMPONER A LA LIBERTAD DE MI MENTE" Virginia Woolf.
El día 25 de Noviembre se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Por ello, desde el IESO "Valles de Gata" la comunidad educativa realizamos un acto, con el objetivo de unirnos y dar nuestro apoyo a todas las víctimas, homenajeando a las asesinadas durante este año.
"Se entiende por violencia de género cualquier acto violento o agresión, basados en una situación de desigualdad en el marco de un sistema de relaciones de dominación de los hombres sobre las mujeres que tenga o pueda tener como consecuencia un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas de tales actos y la coacción o privación arbitraria de la libertad, tanto si ocurren en el ámbito público como en la vida familiar o personal."
CARTA LEÍDA POR ERIKA ARIAS, ICIAR BOADA, ARACELI GÓMEZ Y MARTA TELLO, alumnas de 2º B en representación de su curso.
"Para ti: quien me ha hecho la
vida imposible, el que m ha hecho pasar tantos malos ratos, el que mandaba
sobre mí, el que me hacía daño cada día con palabras y palizas, el que le ha
dado un mal ejemplo a mis hijos. Porque no te necesito, ahora sin ti veo la
vida con un mayor esplendor. Porque cuando te vi pensé que eras el hombre ideal
para mi vida. Era todo perfecto, la historia soñada. Dejé mi vida hasta el
momento, por ti, por nosotros. Dejé los estudios y me dediqué en cuerpo y alma
a formar nuestro hogar.
Sin
embargo, empecé a fallarte: todo lo que hacía no era suficiente para ti, la
comida no era tan buena como tú te merecías, no era justo que dedicase mi
tiempo a relacionarme con otras personas y alejarme de tu lado. Mi vestimenta
no era la adecuada para una mujer, era egoísta por mi parte pensar en trabajar
cuando tú me lo dabas todo…
Y por
eso me esclavicé, porque no era tan buena como ti te merecías. Me pegabas
constantemente, me gritabas y yo creía que tenías razón, yo era la culpable de
todo, porque todo lo hacía mal.
Hasta
que un día me di cuenta del error tan grande que cometí, gracias que vi a un
montón de mujeres que se revelaban en un acto público. Al principio pensé que
estaban locas, posiblemente no fueran igual de afortunadas que yo, al tenerte,
estarían sobrias o algo así al pensar en hacer eso. Gritaban contra todos
diciéndoles que necesitaban un mundo mejor y difundían sus ideas libremente
mediante folletos. Estaban montando el espectáculo en la plaza pero lo que hizo
que me quedara en blanco fue que todo el mundo lo hacía; quizás sería yo la
única loca si no cogía el folleto que mi vecina me entregaba constantemente
diciéndome “hagamos que estas mujeres abran los ojos” y guiñándome el suyo al
entregármelo.
Lo
acepté por pena, con la idea de tirarlo directamente a la basura nada más
llegar a casa, pero no pude hacerlo. Estaba ansiosa de enseñárselo a mi marido
para que se echara unas risas, entonces comencé a leerlo y me di cuenta de
todo.
Cuando
mi marido llegó a casa no supe qué hacer, no sabía a quien escuchar, si al
hombre de mi vida o un puñado de desconocidas que gritaban en la calle. Pero
cuando mi amado comenzó a gritarme otra vez, por no haber hecho las cosas de la
casa a su gusto, no me atemoricé por mí, si no por mis hijos, no quería que
viesen como sus padres discutían, prefería aguantar todas las palizas del mundo
por ellos, así que mi escapatoria fue seguir aguantando.
Pasaba el tiempo y no solo sufría lesiones
físicas si no que me sentía mal por dentro. Tenía la sensación de ser un pájaro encerrado en una jaula
contra mi voluntad, alejado de todo. Siempre hacia las mismas cosas, mantener a
un hombre pero ahora mis sentimientos hacia él no estaban claros. Debía hablar
con alguien y por eso cuando llegó mi vecina le pedí ayuda porque me sentía
muerta, solo vivía encerrada en casa. Cuando intercambié mi nueva visión del
mundo me sentí fuerte y ella me animó a pedir el divorcio. Claro que no quería
perder a mis hijos pero tampoco quería que siguieran viendo sufrir a su madre y
por supuesto, no quería que se parecieran a su padre.
Ahora solo puedo darte las gracias por
haberme encerrado, porque gracias a eso ahora soy un pájaro que vuela libre en
el cielo. En cuanto a ti, te deseo lo mejor en la cárcel, no sé cómo se lo
explicaré a los niños pero… estoy segura de que no se arrepentirán de mi
elección."
Alumnos de 2º B.
No hay comentarios:
Publicar un comentario